Segunda regional… yo tenía 19 años. (Pausa para escuchar) No, no éramos un grupo organizado. Empecé a hablar con compañeras de juntarnos para pedir que nos dejaran arbitrar partidos de hombres a más alta categoría, solo eso. Estábamos muy ilusionadas. Recogimos firmas y las llevamos al comité. Nos hicimos una foto en la puerta de casa de Villar, una de las compañeras, con el sobre de las firmas antes de entregarlo. Otra compañera periodista consiguió que se publicara en un medio local. Unos días después en la pared de la finca de Villar apreció una pintada: FEMINISTAS DE MIERDA: EL FÚTBOL ES NUESTRO.
No parece muy grave, ¿no? Pues me asusté. Recuerdo que lo primero que pensé es que yo no quería ser feminista. Nunca me ha gustado la confrontación. No quería pelearme con nadie. No quería ser la problemática. Pero, ¿qué puedo decir? Me hubiera gustado nacer en un país donde una mujer no tuviera que pedir permiso para dedicarse al deporte.
COMPANYIAIndecentsTASCAText i direccióANY2018