FOTÓGRAFO: Vicente A. Jiménez
Jugábamos a menudo de pequeños a hacer construcciones. Progresivamente aprendimos a hacer torres más y más altas con esos bloques de madera pintados de colores. Crecimos complicando las estructuras, pasando de hacer torres de bloques a hacer torres de proyectos, de sueños; estudiado, preparándonos (porque nuestros padres nos contaron que esa era la llave que abría todas las puertas), esperando que la torre de bloques de madera se hiciera realidad, igual que Pinocho, por sus buenas obras, se convierte en un niño de carne y hueso.
Pero llegado el momento en que habíamos cumplido nuestra parte del trato, una mano invisible tumba el juego y esparce los bloques por el suelo.
Y nosotros, desconcertados y coléricos, nos hemos quedado HECHOS AÑICOS.
Este es un mosaico de tres piezas de teatro breve que hablan de la precariedad, la incomunicación y la desesperanza de toda una generación.
COMPAÑÍAJCEA-Teatre de l’AbastLABORCoordinación de directores / ActrizAÑO2015